Legibilidad, asociación directa con el rubro, origen, rica historia y trayectoria, son los principales puntos en los que se focalizó para el rediseño de la marca.
Se tomó la letra «O» como elemento principal por dos motivos: es el centro del nombre, representando así el equilibrio entre ambos extremos del público al cual se apunta; porque se relaciona directamente con la forma de un plato.
Se rescata el color negro de la versión anterior, por sus aptitudes de distinción en lo conceptual y de contraste en lo técnico.
Además de representar los colores de la bandera danesa, el color rojo es elegido para transmitir la fuerza y presencia del lugar, como así también la pasión por la gastronomía.